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    Nov.23,2022

    Dile adiós al estrés

    Tienes una reunión a las 8 de la mañana, los niños aún no están listos, ayer tenías que haber comprado el gas y, además, tu GPS indica que hay un embotellamiento de varios kilómetros. La vida es estresante, y el modo en que el estrés afecta al cuerpo en realidad te predispone para las emergencias. Asimismo, esos sentidos agudizados te permiten reaccionar rápidamente para poder hacer distintas urgencias, tales como, llevar a los niños al automóvil mientras haces una llamada a la oficina, también, atar los zapatos y preparar las mochilas escolares, o pensar en una ruta alternativa para ir al trabajo y evitar las zonas en construcción.

    Este es un claro ejemplo de estrés agudo, en el que la reacción de "luchar o huir" genera una respuesta a corto plazo ante un desafío repentino o una experiencia, ya sea una discusión, una parada brusca para evitar un accidente de tráfico o un partido de baloncesto. De hecho, el rápido aumento de la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, la adrenalina, el cortisol y otras hormonas funcionan por puro instinto, sin importar el desencadenante. Con tus sentidos preparados, estás más preparado para manejar situaciones de estrés.

    Es posible que sientas que siempre estás enfermo, lo cual tiene mucho sentido: el estrés episódico causa estragos en el sistema inmunitario. De hecho, los días de enfermedad acaban consumiendo tus días de diversión, lo que crea un círculo vicioso para la reducción del estrés, ya que tomarse un día para uno mismo es una de las mejores maneras de vencerlo.

    El estrés episódico también puede afectar tu estado de ánimo. Puedes sentirte irritable, ansioso o deprimido. También, es posible que te etiqueten como "preocupón/a" o "pesimista". Por otra parte, tu sensación de gran ansiedad puede incluso hacerte a un lado de las discusiones o de las responsabilidades más importantes, lo que puede repercutir en los que te rodean.

    En el cerebro ocurren muchas cosas cuando hay estrés. Todas esas hormonas que inundan tu cuerpo tienen un precio: esos sentidos exaltados pueden conducir a una sobrecarga sensorial, mientras que tu memoria a corto plazo también puede sufrir.

    El estrés a largo plazo, también llamado estrés crónico, suele provenir de acontecimientos vitales devastadores, tales como, la pobreza extrema, el maltrato en el hogar u otras exigencias que se mantienen durante largos periodos de tiempo. En realidad, las personas que padecen estrés crónico pueden no ser conscientes de cómo está afectando a sus vidas, sin embargo, puede generar profundos problemas de salud.

    Lo peor del estrés crónico es que se convierte en algo normal. Aunque sigas experimentando la misma ráfaga de hormonas, te acostumbras a vivir al límite, creyendo que todo es como debería ser. Hasta que no lo es. De hecho, si se añade un punto más de estrés a la mezcla, puede bastar para empeorar una mala situación. Los trastornos por estrés son reales y, por suerte, hay formas de combatirlos antes de que se conviertan en un problema.

    Identificar los factores del estrés

    Cada persona siente el estrés de forma diferente, por lo que es importante entender cuáles son los desencadenantes personales, también conocidos como "factores de estrés", los cuales te hacen caer en esa especie de espiral emocional. Empieza haciéndote estas preguntas:

    • ¿Qué es lo que más me estresa en mi vida?
    • ¿Cómo puedo controlar estos factores de estrés?
    • ¿Qué puedo hacer para liberar la tensión añadida?

    liverar estres

    Aunque no puedas evitar todas las situaciones que te causan estrés, puedes minimizarlas. Por ejemplo, si dar un discurso te pone nervioso, pero escribirlo te hace sentir feliz, mira a ver si eres capaz de compartir las responsabilidades. Cuando sea absolutamente necesario escribir y dar ese discurso, puedes probar algunas técnicas que te ayuden a reducir tu ansiedad, ya sea practicando delante de un público selecto o viendo algunos vídeos que muestren consejos para dar un discurso con éxito. Es posible que, después de unas cuantas experiencias, mejores y te sientas mucho más cómodo y confiado.

    No todo estrés es tan predecible, así que hay que saber cómo relajarse después de un día ajetreado. Por ejemplo, a algunas personas les basta con una copa de vino y una buena iluminación o música suave. Otros confían en la meditación y el yoga para ayudar a equilibrar la conexión entre la mente y el cuerpo. También, la difusión de aceites esenciales suele asociarse a la relajación y puede ayudar a conciliar el sueño.

    Por otro lado, la falta de sueño puede provocar estrés, lo que puede llevar a una mayor pérdida de sueño. ¡Rompe el ciclo! Crea un oasis de relajación en tu dormitorio. Incluso puedes probar un aparato de sonido para dormir bien todas las noches.

    El masaje puede ser una herramienta magnífica para ayudar a relajar los músculos tensos. Un masaje de tejido profundo utiliza una combinación de técnicas que comienzan con una ligera presión y luego progresa lentamente a movimientos más firmes que están diseñados específicamente para ayudar a aflojar los músculos tensos. Un masaje en casa sirve para controlar los niveles de estrés. En realidad, existen varios tipos de masajeadores que le ayudarán a obtener una comodidad similar a la de un spa siempre que lo necesite.

    El ejercicio puede liberar esas endorfinas cuando se trata de tipos de estrés comunes. ¿Alguien quiere correr? Aunque no es necesario correr para experimentar un cambio de humor, cualquier tipo de ejercicio que te ponga en movimiento te ayudará a relajarte y a controlar el estrés. Por ejemplo, un paseo alrededor de la calle puede cambiar tu estado de ánimo y permitirte ver las cosas desde una perspectiva diferente. Incluso puedes hacer un ejercicio fácil en tu escritorio. Es más, el ejercicio regular puede ayudarte a dormir mejor, comer con más regularidad y alejar la melancolía. Como con cualquier programa de ejercicio nuevo, consulte a su médico antes de empezar.

    Si bien todas estas técnicas son estupendas para manejar los distintos tipos de estrés, hay otros tipos que necesitan algo más que un paseo por el parque para ayudar a su desaparición. De hecho, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) para el estrés crónico puede requerir asesoramiento y cuidados adicionales. Tómate tu tiempo para curarte y dedícate a estar sano, feliz y preparado para afrontar tu vida de la mejor manera posible.

    ¡AÑADIDO AL CARRITO CORRECTAMENTE!

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